El Veda o en su forma plural, los Vedas (Rg Veda, Sama Veda, Yajur Veda y Atharva Veda) son el cuerpo de conocimiento vivo en nuestros días más antiguo del mundo. Se ha preservado a lo largo de generaciones a partir de la transmisión oral memorizando y recitando las formas sonoras originales guardadas en la tradición sin alterar ni modificar la manera en que fueron vistas por los Ṛṣis, quienes fueran los primeros en transmitirlo.
Expresados en sánscrito, son recitados en rituales sagrados diariamente en comunidades védicas, siendo fuente y contexto de la enseñanza del yoga.
Es parte del patrimonio inmaterial de la humanidad y vertiente principal de la cultura de India.
La pedagogía tradicional de la recitación védica esta contenida en un elaborado sistema de preservación y resguardo de la sacralidad del contenido del Veda.
Incluye reglas fonéticas precisas de pronunciación, duración, entonación y formas de recitación y memorización para que nada sea alterado del mensaje original.
La forma de aprendizaje es un proceso que se basa en escuchar y repetir claramente lo que dice el profesor.
Desarrolla considerablemente el poder de foco de la atención, concentración y memoria, y así, el estudio y práctica regular calma y energiza el cuerpo-mente-sentidos y sus vibraciones sonoras son herramientas de meditación e integración.
Sin embargo el foco principal del estudio de los mantras védicos, no es solo recitarlo sino que reflexionar en la visión que ahí se encuentra.
Así, el estudio a través de la recitación de los mantras que componen al Veda acompañado con el contacto con la visión que contiene son en buena medida el gran marco de la enseñanza tradicional que se remonta rastreablemente a tres milenios y siendo así requiere, tanto de parte del estudiante como del profesor, un compromiso importante en el proceso de estudio.
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tametaṃ vedānuvacanena brāhmaṇā vividiṣanti yajñena dānena tapasā'nāśakena etameva viditvā munirbhavati
Bṛhadāraṇyaka Upaniṣad 4, 4. 22
«Los brāhmaṇas buscan conocer esta Verdad mediante el estudio del Veda, mediante el sacrificio, mediante la generosidad y mediante austeridades practicadas sin desfallecer. Conociendo únicamente esto, uno se convierte en un sabio».
Śaṅkara, en su comentario a este pasaje, subraya que todas estas acciones —el estudio del Veda, los rituales (yajña), la contribución al bien común (dāna), la disciplina de austeridades (tapas)— son medios preparatorios: purifican la mente y la tornan apta para emprender el proceso de conocimiento, que es el único medio que trae la libertad (mokṣa).
Con este mismo espíritu comprendemos nuestro estudio aquí. Si bien nuestro centro está en Vedānta, la porción final de los Veda-s, reconocemos el valor del contacto con otras áreas de la tradición. Nos apoyamos tanto en nuestros ācārya-s de Vedānta como en eruditos especializados en el vedapūrva (la parte orientada a la acción), en los vedāṅga-s (fonética, gramática, etimología, métrica, astronomía ritual y śikṣā), y en los āgama-śāstra-s. Ellos transmiten las herramientas y el respaldo necesarios para mantener vivo el estudio y la práctica védica en su conjunto.
La Muṇḍaka Upaniṣad distingue entre aparā vidyā y parā vidyā.
Aparā vidyā es todo conocimiento que se despliega y transforma en el tiempo. Es la dimensión del saber en constante desarrollo, siempre abierto, al que se le van sumando capas de sentido, método y aplicación. Por eso se le considera incompleto: no porque carezca de valor, sino porque su naturaleza es crecer, expandirse y renovarse. A este ámbito pertenecen no solo las ciencias empíricas, sino también el vasto cuerpo del conocimiento védico expresado en mantras, rituales, recitación, gramática y disciplinas auxiliares. Es el dominio de la práctica, la preparación y la purificación.
Parā vidyā es el conocimiento por el cual se realiza lo imperecedero (akṣara), aquello que no está sujeto a transformación ni desgaste. Es la sabiduría de las Upaniṣad-s, donde se revela la identidad esencial entre el individuo y Brahman. En la tradición védica, esta comprensión no se limita a un acto intelectual: también es leída como la gracia del Ser supremo, el acceso a su bendición, o la entrada a su reino. Así, Parā vidyā es tanto revelación de la verdad como apertura a lo divino.
Ambas no son opuestas, sino complementarias. La aparā vidyā prepara, pule, disciplina; la parā vidyā culmina y consuma, otorgando la libertad.
Veda trata principalmente del Dharma.
Dharma es vivir en armonía y contribuir a la naturaleza o medio en que vivimos para encontrar el mayor significado de la vida y una orientación a la sabiduría y a la paz.
Con más especificidad, el cuerpo de conocimiento védico se puede organizar en tres partes:
Jñāna Kāṇḍa
Enseñanza metafísica sobre la naturaleza de la realidad.
Upāsana Kāṇḍa
Meditación, contemplación y reflexión.
Karma Kāṇḍa
Conducta y ritual.
*Estas son la base de la mayoría de las religiones de India.
Concebimos el Veda Adhyāyana no como recitación ritual ni como desarrollo de erudición técnica, sino como un proceso integral que respira en clave upaniṣadica:
la transmisión de los mantras según la tradición,
el énfasis en que el esfuerzo siempre se dirige a comprender su significado, en especial lo que enseñan las Upaniṣad-s,
y que esto constituye una disciplina, guiada al alero de profesores tradicionales.
Nos ocupamos en el estudio y preservación de los mantras según la tradición heredada y transmitida por nuestros profesores. Este esfuerzo no se limita a la repetición: siempre se orienta a sostener los textos en el habla para comprender lo que significan y así profundizar en el contenido que las Upaniṣad-s transmiten sobre la verdad última. Así, la práctica del Veda Adhyāyana se convierte en una disciplina formativa, que une rigor y sentido, y que prepara el terreno para la sabiduría del Vedānta.
De este modo, el estudio del Veda se entiende como un camino gradual: desde la práctica y la recitación (aparā), hasta la contemplación y el conocimiento del Ser (parā).
Todas estas ideas pueden comprenderse y aplicarse mucho más allá de cualquier dogma o pertenencia a una religión particular. El espíritu de los Veda y de las Upaniṣad-s no se reduce a un credo -existe diversidad teológica- sino que apunta a una transformación humana universal: cultivar una mente disciplinada, una vida ética y una comprensión profunda de la realidad. Así, tanto la aparā vidyā (el conocimiento preparatorio) como la parā vidyā (el conocimiento liberador) pueden inspirar a cualquier persona, en cualquier tradición, a vivir con mayor claridad, desapego y libertad interior.
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